En la mayoría de los juegos, la mayoría de las veces se puede ver que la mayoría de los jugadores principiantes se apresuran a defender las apuestas obligatorias con entusiasmo genuino, como si les estuvieran quitando su última camiseta. Y después de aumentos serios de jugadores bastante experimentados, cuya posición es mucho más ventajosa, estos principiantes, que no tienen nada en esencia, se apresuran a defender sus apuestas obligatorias, porque creen que sus oponentes están cometiendo un robo específico. Pero defender las ciegas no es lo que se necesita en todas las situaciones.
Tales tácticas comenzaron a extenderse a la velocidad de la luz desde la década de 2000, la agresión ganó impulso en los torneos de póquer. Debido a la afluencia de emociones durante el torneo, los jugadores comenzaron a considerar cualquier aumento de sus vecinos en la mesa de juego como ataques estratégicos agresivos que no deben ignorarse. Y, a pesar de la diferencia cardinal en los formatos de juego, después de un tiempo esta dirección estratégica pasó a los juegos de efectivo.
Existe un punto de vista entre los profesionales de que las persianas ya no son esas fichas que se pueden desechar, sino las comunes. ¿Cuándo es necesaria la protección ciega y cuándo es inapropiada?
En los juegos iniciales, una estrategia defensiva no traerá ningún beneficio, sino que, por el contrario, solo te hará sufrir una pérdida. Estará desperdiciando sus fichas, que serán útiles en el futuro para entrar en una mano más rentable con la posibilidad de obtener ingresos.
Al principio, los jugadores no le dan importancia a ninguna subida cuando llega el momento de añadir 60-120 fichas en las ciegas, lo que, por supuesto, desde su punto de vista, no afectará en nada a su stack. Sin embargo, no debes tirar constantemente tus fichas al viento. Solo reducirá esa importante reserva, que sería mejor utilizar más tarde.
En las etapas finales de los torneos, las tácticas defensivas no se considerarán completamente inútiles en todos los casos, pero, sin embargo, el recurso frecuente a la defensa no dará el resultado esperado. No debe olvidar que debe abordar la defensa de su apuesta obligatoria con una cabeza fría y calculadora y ceñirse a la estrategia prevista.
Y ahora sobre los juegos de efectivo. A diferencia de los torneos, en los juegos de efectivo, una subida generalmente se cambia a una llamada pre-flop. Esto permite que los apostadores ciegos participen en la ronda más agresiva. En un juego de efectivo, puede comprar más fichas cuando lo desee, por lo que sus costos son mínimos, asociados con la adición de cantidades bajas en las ciegas y, en la mayoría de los casos, justificado.
No importa en absoluto si juegas en efectivo o en un torneo, siempre presta atención a tu posición en la mesa en primer lugar. A veces hay casos en los que es necesario defender las apuestas, sin tener ninguna carta. Si ves a un «ladrón» acechando en la mesa que solo roba las ciegas, entonces es hora de volver a subir para comprobarlo. Con esta acción, lo obligarás a retirarse, lo que te permitirá recuperar una cierta parte de las ciegas previamente fusionadas y enfriar a un jugador tan enérgico. Por lo tanto, una estrategia de apuestas ciegas no es un acto ilegal que requiera que usted se golpee la mano cada vez, pero no debe convertirse en un punto estratégico especial para usted en cada mano.